jueves, 26 de mayo de 2011

Un cadaver en el Tamesis


Una invitación es cursada a James Wilbur, profesor universitario; a Eduard Clarke Benson, militar de carrera; Dave Connor, detective privado y a Steven Berefort, biologo, convidándoles a acudir a la fiesta organizada por Donald Merrit en honor de la promoción de 1919 de la universidad de Oxford, a la que la mayor parte de ellos pertenece, que se celebrara en la mansión que el acaudalado empresario posee en la zona de Embankment, a las orillas del Támesis. Así que en el día señalado y una vez vestidos con sus mejores galas los investigadores acuden al insigne evento en el que se reencuentran con muchos de sus antiguos compañeros de estudios y conocen a alguno de los invitados, la mayor parte pertenecientes a la alta sociedad de Londres. Como por ejemplo al conocido importador de arte Obed James, o a la renombrada periodista Leslie Sellis. Además durante la velada se produce el reencuentro con Caleph Jackson, antiguo amigo y compañero de estudios con grandes aspiraciones en la vida y actualmente linotipista en una pequeña imprenta.

Embankment, Londres

La fiesta transcurre sin sobresaltos y cuando ya han transcurrido unas horas los invitados se dirigen a la terraza de la mansión para contemplar el Támesis, en ese momento se escucha un grito y alguien señala hacia el río donde se ve a un hombre flotando boca abajo llevado por la corriente. Rápidamente Benson se lanza al rio con la intención de rescatar a quien sea que haya caído al rio, pero desgraciadamente el hombre ya ha fallecido, y lo que es peor este no es otro que Caleph, que por lo que se ve no se ha ahogado ya que presenta un tremendo corte en el cuello y varios de los botones de su camisa arrancados, y como única pista que podría delatar a su agresor encuentran entre sus dedos cerrados un trozo de tela roja que podría pertenecer a una camisa. Mientras examinan el cadáver un extraño mensaje llega a la mansión, en el está escrito lo siguiente: “Si no devuelven el medallón Mrs. Jackson morirá”, dando también instrucciones de adonde llevarlo y de que si acude algún policía nunca se volverá a ver a la mujer con vida.

Ante esta situación la gente más decidida y enérgica de la fiesta (los investigadores quien si no) decide tomar cartas en el asunto y dirigirse a la casa de los Jackson para averiguar si el supuesto secuestro es real. Al llegar allí encuentran la puerta abierta y la casa vacía, y buscando cualquier pista que les pueda dar indicios de lo sucedido encuentran un mapa de lo que parece una isla con unos raros pictogramas que se parecen al idioma maya, además se dan cuenta horrorizados que el cuero sobre el que esta dibujado el mapa es piel humana. Después de este extraño descubrimiento deciden acercarse a la imprenta donde trabajaba Caleph en busca de algún indicio de quien y porque lo había asesinado. Una vez allí y tras abrir la cerradura del local comienzan a registrarlo hasta que en una de las maquinas encuentran algo que les llama la atención. Y ese algo es un medallón que también parece ser de origen maya oculto entre el mecanismo.

Una vez conseguido el objeto se dirigen al lugar del intercambio y una vez allí se encuentran con los secuestradores que están liderados por el importador de arte, al cual extrañamente llaman por otro nombre, el de Zittano. Pero antes de que puedan liberar a Mrs. Jackson la policía aparece en el lugar y se produce un fuerte tiroteo entre las fuerzas de la autoridad y los secuestradores, que en su mayor parte acaban muertos, aunque su jefe es capaz del huir del lugar sin dejar rastro. A continuación proceden a desatar a pobre mujer secuestrada, la cual se encuentra muy alterada y no puede dar ninguna información de utilidad, ante lo cual las autoridades proceden a llevar a la mujer y a los integrantes del grupo a las oficinas del MI-5 para un posterior interrogatorio.

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